miércoles, 23 de septiembre de 2009

Obseción por Prima-V-era



El comienzo de la primavera es, para muchas culturas, el renacer de la vida, el resurgimiento del amor o simplemente el turno una estación dónde el polen desprendido de las nuevas flores estimulan nuestras hormonas. En carne propia puedo decir que la primavera lo único que me ha traído a lo largo de mi breve existencia es alergias, estornudos, tos, flema, fiebre y comienzos de influenza. Sin embargo este año la prima-V-era me trajo algo más que estos aborrecilbes síntomas, si mis amigos, mis hormonas van acompañando el vaivén con el cual la naturaleza resurge de la fría muerte del invierno. Tras mucho tiempo vuelvo a sentir sensaciones que creía perdidas y esto no solo me inquieta, me aterra, pero, ¡que bien se siente! Que bien se puede sentir uno durmiendo a tu lado en un sillón tan colorido como la caminata por la playa del día siguiente. El encuentro no premeditado de miradas atormentaba mi mente dándome placer e intriga, mis palpitaciones aumentaban ritmo, en fin, el contexto fue como si Allan Poe cantase "Hello i love you" (no es necesario que se entienda). Predominante era mi deseo de acariciarle, tocarle, besarle y al dormirse contemplarle hasta la llegada del crepúsculo... más lamentablemente me retuve temiendo el rechazo. ¿no debería ser todo más fácil? ¿por qué debemos de gurdar lo que sentimos? Mierda todo está tan rebuscado, sofisticado, estereotipado, osea, simplemente jodido. Pero a pesar de toda esta nebulosa solo puedo decir que tanto como el cielo está por encima de mi cabeza y el pubis de la madre tierra bajo mis pies te deseo
prima-V-era...