jueves, 4 de junio de 2009

otro día en mi patética vida


Llegó el 582 y como si fuese parte del destino subió conmigo dando por concluida otra jornada liceal. Subí y me aseguré el segundo asiento de la fila individual, pretendía dejar una distancia, me hice creer que era para hacerme el interesante pero en realidad creo que es porque soy muy cagón para encarar, ni siquiera puedo hablarle sin tener que recurrir a mi neuróticos movimientos! pero ella como casi instintivamente parece tomar rumbo al primer asiento de la fila individual (delante del mío), miro, lo suficientemente cauteloso para confirmar su rumbo, se sienta y me dirige una perlina sonrisa ("dios llévame ahora por favor!!!"). con ganas de arrancarle la ropa y comenzar a hacerlo frente a todos resumiéndonos en el fondo marino de gemidos inducidos por un placer intensamente recíproco. Comenzamos a charlar, noto que me sonrojo y comienzo a hacer gestos compulsivos con las manos, aparentemente a ella no le desagradan y es más se ríe.
Se despide, desciende del transporte y me deja el resto del viaje en compañía de una meditación: sigo siendo un niño, soy un niño de diecisiete años que no encara una con las minas.

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