sábado, 4 de abril de 2009

unas cuantas líneas pinchadas

Transcurridas las últimas elecciones Talamás, la fuerza del adulto mayor (no me refiero al biagra sino a talamás propiamente dicho), frustrado por el resultado de su partido opta llamar a la reina Inglaterra para pedirle un poco de asesoría. Tras esperar interminables segundos al teléfono logra comunicarse con ella.

-Su alteza…- dice impacientado por el tubo.

-Dime hijo mío, ¿qué necesitas?-

-es que en las últimas elecciones me fue, no se…, digamos mal y quería pedirte ayuda para no se, remontar un poco para las venideras… y…-

-¡silencio!- interrumpió la reina de modo violento- lo que tú necesitas, hijo mío, es observar a tu alrededor y ver con quienes trabajas, tienes que juntarte con gente sabia para poder ganar votos y llevar a un país adelante, te daré un ejemplo-indica la reina poniendo a Blair en la línea-  dime Tony, ¿quien es el hijo de tu madre y tu padre que no es  ninguno de tus hermanos?-

-Dejame ver… y… ¿soy yo?- pregunta Blair

-Bien hecho- saca de la línea al ex-ministro- ¿ves?, el acierto de este acertijo demuestra la inteligencia con la cual mi gente trabaja, pruébalo con tus compañeros- cuelga la reina.

Aliviado Talamás llama a su más apreciado colega de partido, Magurno.

- ¿quien es el hijo de tu madre y tu padre que no es  ninguno de tus hermanos?- dice talamás esperanzado de que la respuesta sea correcta.

-pa!, es… dejame ver, es… pará un segundito que tengo que pensarlo, te llamó después que esto requiere un cierta meditación.- enuncia Magurno colgando el teléfono.

-¿como resuelvo esto? En la médica española las cosas no son así, ha! Ya sé- toma el teléfono- ¿se encuentra Fernández Huidobro?

-si soy yo, ¿que desea?

-¿quien es el hijo de tu madre y tu padre que no es  ninguno de tus hermanos?-

- y… soy yo, si, ¿por?-

Magurno ya tenía la respuesta, así que no respondió ante la duda de su acertante, toma el teléfono de nuevo.

-¡ya se!, ¡ya se!, ¡soy yo!, ¿no?-

Talamás había quedado pasmado un sudor frío le recorrió el cuerpo.

-¡no imbécil de mierda!- respondió furioso- ¡es Tony Blair!- corta el teléfono, quizás la política no era asunto que realmente le correspondía, entonces se pregunto como hubiera sido todo si hubiera trabajado en una panadería.

Mientras tanto Magurno se ve desconcertado, Huidobro le había engañado. Toma el teléfono nuevamente, esta vez la llamada iba a los estados unidos.

-hello!, is near Mr. Bush?-

-yes its me, what do you want?-

Magurno no podía seguir hablando en inglés, su anglo léxico solo le proporcionaba solamente dos frases: aparte de esta la otra tiene como importante significado la obtención de la información de el lugar donde está el baño (where is the toilet?), esta oración le había salvado de una tragedia terrible en reiteradas ocasiones en el extranjero, pero esas son otras historias.

-Mmmmmm, mirá: my name is-

- shut up!- interrumpió el presidente y enseguida después corto el teléfono.

El Sr. Bush tenía otros asuntos que atender, la casa blanca le resultaba, a veces, muy sola y triste mientras no planificaba una invasión absurda, en definitiva necesitaba algo de compañía, así que tomó el teléfono.

-Arnold, Arni, me siento tan solo acá en la casa y las sábanas tan frías…-

-¡no hay tiempo para eso Georgi!, Blair me acaba de decir que hay una nueva potencia mundial.- dice el gobernador de california cortando apresuradamente el teléfono –necesito un trago de aceite y mantenerme en modo suspensión.

Bush en estado de cólera llama a Blair.

-¿Por qué no me enteré de la nueva potencia?-dice gritando-¿dime cual es?

-Señor me temo que es…, es…, es la opinión pública-

-haaaaa, lo que me faltaba, las manifestaciones anti bélicas como nueva potencia- cuelga de un golpe.

Blair está desconcertado, a nadie le había hecho mucha gracia su broma, aquel chiste que le había costado confeccionar desde los inicios de la invasión a Iraq. Decidido toma el teléfono.

-hola Saddam, ¿Qué haces?, ¿sabés cual es la nueva potencia mundial? ¡La opinión pública!

Pasaron los segundos en la conversación telefónica, ninguna palabra salía de la boca de Sadam, pues claro la situación le había provocado un nudo en la garganta.

               

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